Vinos patagónicos

Tradicionalmente dos regiones de la Argentina se han caracterizado por la producción de vinos: Mendoza y Salta. Pero desde no hace mucho tiempo los vinos patagónicos han tomado fuerza y ya son varias las bodegas afincadas en esta región del sur argentino.

Las nuevas zonas productoras se ubican especialmente en las dos provincias del norte de la Patagonia, Neuquén y Río Negro, un área caracterizada hasta hace poco solamente por la producción de manzanas, duraznos, peras y ciruelas. Los ejes de esta nueva producción se encuentran en las localidades de Añelo y San Patricio del Chañar, en la provincia de Neuquén. Pero también hay bodegas en General Roca, Chos Malal, Fernández Oro y Viedma.

El clima es fundamental para favorecer la industria vitivinícola ya que hay una gran amplitud térmica, clima seco, pocas lluvias.

Lo interesante de estos nuevos emprendimientos es que se han lanzado a producir vinos de media y alta gama conocidos como “vinos de las zonas frías”.

Una gran cantidad de varietales se da en estas tierras aunque el Merlot y el Pinot Noir toman la punta.

La variedad Pinot Noir da un vino fuerte y de color violáceo mientras que de la uva Merlot se obtiene un vino muy fino y elegante, de los mejores en el país.

También en vinos blancos la región tiene muy interesantes propuestas, con Chardonnay y Sauvignon Blanc suaves y algo frutados.

Salvo tres o cuatro bodegas grandes en general son pequeñas, familiares, con una producción que de a poco van ganando diferentes mercados nacionales e internacionales.