Una playa con un encanto especial. Altos acantilados, piletones naturales de roca, una energía especial. La belleza salvaje de La Lobería lo sorprenderá.

Vista de la playa de La Lobería desde la bajada - Foto: Turismo Municipalidad de Viedma
Vista de la playa de La Lobería desde la bajada – Foto: Turismo Municipalidad de Viedma

A 60 Km. de Viedma, por ruta asfaltada, se encuentra el Balneario La Lobería: un paraíso perdido en el norte patagónico.

Es una playa distinta, con partes de arena y sectores de canto rodado. Durante la bajamar, quedan al descubierto piletones naturales de roca que, además de ofrecer un paisaje inigualable, permiten un baño tranquilo tanto para grandes como para chicos.

Piletones naturales en La Lobería - Patagonia-argentina.com
Piletones naturales en La Lobería – Patagonia-argentina.com

Se encuentra rodeada por altos acantilados, lo que la coloca en una posición estratégica frente a otras playas, ya que casi nunca llegan los vientos tan característicos de la Patagonia. Si a esto le sumamos que sus aguas son cálidas, producto de la acción de la corriente marina del Brasil que toca nuestras costas hasta la altura del Golfo San Matías, se comprenderá que estamos en un lugar excepcional.

Para acceder a esta playa hay que sortear los acantilados bajando por escalinatas de cemento, o bien a través de un pequeño medio de elevación eléctrico especialmente diseñado.

Durante la pleamar, el mar cubre los piletones y los bañistas pueden disfrutar de buenas olas en la orilla. Es necesario tener cuidado porque hay que recordar que a pocos pasos el suelo se vuelve rocoso. Existe un servicio de guardavidas durante toda la temporada: respete sus indicaciones. En la bajamar, además de aprovechar los piletones en la playa central, se puede caminar entre las piedras hasta el mar y zambullirse en las inmensas olas sobre una playa de arena.

Es muy común que en ese momento pasen lobos marinos jugando muy cerca de las personas. Recuerde que son muy amigables y les gusta la compañía. No se asuste y no los asuste a ellos: son encantadores.

Lobo marino descansando en la playa - Patagonia-argentina.com
Lobo marino descansando en la playa – Patagonia-argentina.com

Si camina hacia la derecha de la bajada (mirando al mar) encontrará lugares increíbles, sobre todo pasando la primera punta de los acantilados. Allí hay una extensa playa, llamada «El Anfiteatro» por las formas rocosas que la rodean. Una pequeñísima bahía entre los acantilados y la playa arenosa de suave declive hacen una delicia de este lugar. No lo dude, requiere un pequeño esfuerzo, pero las caminatas en la playa son agradables, y tendrá su recompensa.

Atardecer en el anfiteatro - Patagonia-argentina.com
Atardecer en el anfiteatro – Patagonia-argentina.com

El lugar es hermoso y extraño al mismo tiempo. Si comienza a caminar apenas empieza la bajamar encontrará una playa de arena sin pisadas y tendrá la sensación de ser, por un momento, el descubridor de todas esas maravillas…

Recorriendo 3 km por un pequeño camino de ripio se llega a la Reserva Faunística Punta Bermeja. Allí, en su Centro de Interpretación, encontrará un pequeño museo del mar, la atención del guardafauna, y un mirador de madera sobre el acantilado para observar la vida natural de la colonia de lobos marinos de un pelo, la más importante de la Patagonia. Hay más de 3000 ejemplares que acompañan una vista panorámica imponente.

Vista de la colonia de lobos desde el mirador - Patagonia-argentina.com
Vista de la colonia de lobos desde el mirador – Patagonia-argentina.com

Servicios:

En el balneario hay un camping básico con boxes para cobijar las carpas del viento, baños y agua caliente. También hay una proveeduría, confitería y estacionamiento, que puede utilizarse aun cuando no acampe.

El pequeño medio de elevación tiene un costo accesible y viene muy bien sobre todo a la vuelta, cuando a la sombrilla y los bolsos hay que agregarles el cansancio de las olas y los baños en los piletones.

El "carrito" de la Lobería - Foto: Turismo Municipalidad de Viedma
El «carrito» de la Lobería – Foto: Turismo Municipalidad de Viedma

Es imprescindible probar los pastelitos y el pan casero que hacen las señoras en la confitería, y que ofrecen también en la playa.

Para muchos este es un lugar místico. Hay quienes dicen haber visto platos voladores, otros creen que hay una «puerta de entrada» a otra dimensión… No lo sabemos, pero sí estamos seguros de que le resultará un lugar mágico y que el paisaje de acantilados, sol y mar quedará en sus retinas para siempre.