La Torta Galesa, al contrario de lo que su nombre parece indicar, no vino de Gales. En realidad, es todo un símbolo de la fuerza con la que los primeros colonos galeses que llegaron al Valle del Río Chubut enfrentaron las dificultades que les interpuso el medio ambiente.
El 28 de julio de 1865, en el velero Mimosa, llegaron a las costas de Chubut, 153 pobladores, entre hombres y mujeres, provenientes del País de Gales.
Ellos querían huir del acoso inglés y mantener sus tradiciones, su cultura y su religión. El gobierno argentino quería poblar y defender un territorio inmenso, poblado por indígenas y continuamente amenazado por invasores extranjeros que se acercaban por tierra y por mar.
Nada fue fácil para los pioneros. Debieron enfrentar entre muchas otras cosas, la falta de agua dulce y la escasez de alimentos. Mientras los hombres recorrían las tierras circundantes buscando un lugar con buena agua y protegido de los vientos y los posibles ataques, las mujeres hacían malabares para hacer rendir los pocos alimentos con los que contaban, y hacerlos durar en el tiempo.
Así fue como un grupo de familias se reunió y empezaron a mezclar los ingredientes que tenían a mano: harina, azúcar negra, nueces, frutas que habían sido azucaradas para conservarlas, miel, y otros. El resultado fue una torta que tenía dos propiedades fundamentales: un alto valor calórico y una larga perdurabilidad.
Cuando la peor época pasó, y los colonos y sus descendientes pudieron por fin sentirse en su casa en estas lejanas tierras, una tradición más se había agregado a las que traían de Gales: la famosa Torta Negra.
Cada familia tiene su receta y su “ingrediente” secreto para darle el gusto particular. Pero al margen de eso, hay una receta establecida, en la que lo más importante es el cuidado y el tiempo que se le dedique a cada uno de sus ingredientes. Dicen los que saben que preparar una buena torta galesa insume 45 horas!
Una hermosa tradición ligada a la torta negra galesa es la que siguen las parejas de novios en Chubut: cuando se prepara la torta de bodas, la base o el “piso de abajo” es una torta negra. El día de la fiesta se come todo el resto pero ese primer piso se envuelve cuidadosamente y se guarda en una lata. La pareja comerá un trozo, al cumplirse cada mes de la fecha de la boda, durante todo el primer año, como un símbolo de la superación de las dificultades que vayan apareciendo.