Esta pequeña aldea de montaña, ubicada en el corazón del Parque Nacional Nahuel Huapi, a orillas del lago Traful, es aún un territorio virgen que invita a explorar el infinito bosque patagónico.
Esta villa comenzó en las primeras décadas del siglo pasado, cuando se instalaron las primeras familias. En 1937, al igual que otras localidades de la zona, se lotearon terrenos y poco a poco fue tomando inevitable auge dada la belleza del lugar.
Las pocas casas se ubicaron en la ladera que desciende hasta el Lago Traful. Cerca del muelle se encuentran los servicios de policía, salas de primeros auxilios, la casa del guardaparque y la sociedad de fomento.
Uno de sus atractivos es la pesca del salmón encerrado, especie exótica traída de EEUU.
Conserva casi intactos los valores de la naturaleza, con sus cascadas y arroyos que la rodean como el Coa-Có y el Blanco. En su entorno, los cohiues y ñires conforman un bosque maravilloso.
Si se faldea la ladera encontrará varios puntos panorámicos que miran hacia la villa y sus alrededores. Un lugar ideal para el descanso en medio de uno de los paisajes más bellos del país.