Dirección: Junín 1970 – Recoleta
El origen de las tierras que ocupa el actual cementerio se remonta a una donación realizada por don Juan de Garay a un destacado hombre de entonces. Tuvo distintos propietarios hasta que los últimos otorgaron estas hectáreas con el fin de construir un convento para los frailes recoletos que fue inaugurado al mismo tiempo que la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, y que contaba en uno de sus lados con el huerto de los monjes. Cuando los recoletos fueron expulsados de estas tierras, debido a la Reforma de la Orden Eclesiástica, el lugar pasó a convertirse en un cementerio público en el año 1822, en un principio donde se encontraba el huerto.
Es el cementerio de la aristocracia argentina. Allí descansan los restos de las personalidades más importantes del quehacer político, cultural, e intelectual de nuestro país.
La tumba más visitada es la de Eva Duarte de Perón, a pesar de estar en un lugar donde apenas puede apreciarse parte de su mausoleo, y que tiene que ver con el macabro destino que tuvo las vicisitudes de su cadáver hasta poder descansar allí en paz.
Es un cementerio de características muy particulares que merece ser visitado por el valor de sus obras de arte, el estilo de sus construcciones arquitectónicas, las figuras alegóricas que recuerdan a la persona que allí descansa, su original ornamentación, la belleza de sus esculturas, y sus ángeles que se erigen a lo alto de los mausoleos.
El cementerio tal como hoy lo conocemos posee casi seis hectáreas y es obra de una remodelación encargada por el intendente Torcuato de Alvear al arquitecto Juan Antonio Buschiazzo.