Hacia el noroeste de Chos Malal, a aproximadamente 40 km., se encuentran estos dos pueblos, separados por apenas 5 km. uno del otro.
Andacollo es un nombre puesto por los mineros chilenos en honor a su virgen protectora. Proviene del quechua y quiere decir «Brillante en lo alto». Huingan Có, en cambio, es palabra de origen mapuche (puede escribirse también Huinganco) y quiere decir «Arroyo del Huingan (una planta)».
Para llegar, hay que tomar en Chos Malal la ruta provincial 43. Se cruzan dos puentes sobre el río Curí Leuvú y luego se bordea el faldeo del Cerro de La Virgen.
En esta parte el camino es asfaltado y, a pocos kilómetros de Chos Malal se puede observar, a la derecha, durante largos trechos, una franja de doble alambrado, que encierra una especie de ancho camino. Se trata de una senda especialmente delimitada para el paso de los pastores que cada año marchan con sus animales, principalmente chivos, hacia los campos de la veranada.
Esta costumbre ancestral tiene fuerte arraigo en la zona. Son los crianceros trashumantes y uno los puede ver a lo largo de las rutas, desde comienzos de noviembre, marchar con sus pocas pertenencias hacia la cordillera donde están los campos con pastos nuevos. Luego, antes de que llegue el otoño, vuelven a las tierras más bajas de la precordillera, donde ya los campos se han repuesto y pueden servir de nuevo para el pastoreo. Durante todo ese tiempo viven en casas precarias que construyen con troncos y elementos del lugar, prácticamente al aire libre. Ser parte de un arreo de veranada es una posibilidad de turismo de aventura aún no explotada.
A 20 km. de Chos Malal, por la ruta 43 se encuentra la entrada a la localidad de Caepe Malal, donde se puede visitar el interesante Museo Municipal Ana Biset, en el que se guardan los restos de un antiguo cementerio indígena que se encontró en el lugar. Se comprobó que estos restos pertenecen al grupo de los Pehuenches que habitaron la zona en el siglo XVII.
Luego de esta visita, se sigue por la ruta 43, poco después termina el pavimento y continúa la ruta de ripio, en buen estado. Una vez que se atraviesa el límite sur de la Cordillera del Viento, se llega a la localidad de Andacollo. Es la ciudad cabecera del Departamento Minas, nombre que nos habla de su pasado de riqueza minera. Hoy en día permanecen en actividad algunos establecimientos pero la explotación ya no tiene el auge de otros tiempos.
Si bien Andacollo puede conocerse como paseo desde Chos Malal, también es un interesante punto de partida para los paseos más impactantes del norte neuquino: Las Lagunas de Epu Laufquen y el Volcán Domuyo. Hay posibilidad de alojamiento y una estación de servicio.
A 5 km. de Andacollo por la ruta 39, sobre la margen izquierda del río Neuquén y junto al arroyo Huinganco, se halla la pequeña villa de Huingan Có, «El jardín del Neuquén». Este pequeño pueblo lleno de verde, pinos, álamos, árboles frutales y recientes plantaciones de fruta fina es un verdadero oasis entre los cerros.
La forestación comenzó a fines de los años ’60 cuando don Rogelio Figueroa propuso trasladar una experiencia vivida en su infancia en una casa-escuela, a los cerros de Huingan Có. Y tuvo éxito. Hoy Huingan Có ostenta el honor de tener el Primer Bosque Comunal Argentino y un vivero que está preparado para producir 4 millones de plantines por año.
Huingan Có es ya una villa veraniega para el disfrute de los locales, pero aspira a atraer a visitantes más lejanos. Y seguramente puede hacerlo. Sus atractivos son muchos.
Hay una fábrica de dulces regionales que cuentan con fama más allá de las fronteras regionales. También pueden visitarse varias piscifactorías, una municipal, en el centro del pueblo, y las otras privadas, en la costa del arroyo, donde se crían truchas para la faena. Se pueden adquirir filetes congelados y, en ocasiones, ahumados.
La Laguna de Charra Ruca posee instalaciones como para pasar una jornada completa al aire libre. Hay parrillas, instalaciones sanitarias, una pasarela y la reciente instalación de una tirolesa, para la diversión de grandes y chicos.
En el mismo sector que esta laguna se encuentra el Área Natural Protegida «Cañada Molina», a la que puede accederse con guía especializado. Allí se conservan ejemplares de cipreses vivos considerados los más antiguos del hemisferio sur, que tendrían de acuerdo con investigaciones llevadas a cabo conjuntamente por la Universidad de Tucson en EE.UU. y la Universidad de Mendoza, hasta 2000 años de antigüedad.
El cerro Corona, en la Cordillera del Viento, permite el ascenso a pie o a caballo. También pueden visitarse las minas de oro Sofía y Erika.