Néstor García Canclini en su libro “Imaginarios urbanos” ocupándose de la ciudad de México cita a Italo Calvino y a su obra “Las ciudades invisibles”
“A veces ciudades diversas se suceden bajo el mismo suelo y bajo el mismo nombre. Nacen y mueren sin haberse conocido, incomunicables entre sí. En ocasiones, hasta los nombres de los habitantes permanecen iguales, y el acento de las voces e incluso las facciones. Pero los dioses que habitan bajo los nombres y en los lugares se han ido sin decir nada y en ese sitio han anidado dioses extranjeros”
Así, es posible encontrarse con diversas historias y aspectos cuando se recorre la ciudad de Puerto Madryn en la Provincia del Chubut, ubicada en la Patagonia atlántica argentina. Se trata de una ciudad extraña, por un lado ofrece bellezas naturales, posibilidades numerosas de hacer turismo aventura: buceo en sus aguas cristalinas, avistaje de ballenas, excursiones a colonias de lobos marinos y otras opciones como las excursiones de buceo a “naufragios”, mountain bike a lugares recónditos.
Sin embargo la mayor parte de la población actual se instaló en Puerto Madryn como consecuencia de la radicación de varias empresas. Hablando con varias personas residentes en la ciudad desde hace varios años me entero que la mayoría son oriundos de Buenos Aires. Uno de los principales problemas que tiene la comunidad me dicen casi todos, es justamente la falta de lazos tanto culturales como comunitarios, falta de raíces en esa ciudad del sur y el movimiento casi continuo del personal de las empresas que puede ser despedido o trasladado hacia otro lugar.
Todo ello trae aparejados problemas de diversa índole como son la falta de perspectiva de futuro para los adolescentes por ejemplo, la escasa participación y producción cultural autóctona, sería otro de los problemas y como antítesis varios de los entrevistados citan a la ciudad de Trelew, también ubicada en la Provincia del Chubut, con otra historia, otra conformación poblacional, otra producción cultural.
Las playas
El mar es azul intenso con franjas de azul más verdoso hasta tornarse verde marrón al llegar a la arena de la playa. Sobre la arena mojada descansan restos de algas secas y en conjunto parece un gran cementerio vegetal.
El agua es cristalina pero arrastra hacia la playa restos de botellas de plástico, maderas con clavos y algún condón. Parece inevitable que el contacto del ser humano con la naturaleza produzca residuos que afean la belleza del lugar. En la playa donde estoy ahora hay un esqueleto de madera destinado antes a armar carpas en un balneario que ya no existe.
Lo que sí existe es un restaurante de playa donde sirven pescados y mariscos y otros frutos del mar. Hay fotografías de caracoles de voluta, salmones, calamares, algas, vieiras, caracoles rojos. También hay una nota de una revista colgada en la pared que dice “pescar a pulmón”.
Un poco de historia
Caminando por la playa, en dirección al “Ecocentro”, un centro ecológico-cultural, nos encontramos con el Monumento al indio tehuelche.
Los tehuelches eran los primitivos habitantes del lugar luego colonizado por los galeses. A pocos metros está el “Parque Histórico Punta Cuevas”, el sitio donde empezó la colonización galesa en la Patagonia. En el sitio histórico que es una construcción sencilla donde se exhiben diversos objetos y fotografías, también hay visitas guiadas. Se pueden ver unas ruinas, excavaciones en hilera, situadas por encima del nivel de pleamar, en la cara oeste de Punta Cuevas, a 3 km del centro de Puerto Madryn. Hay 4 de estas ruinas bien conservadas, 3 semiderruidas e indicios de otra más.
Según las crónicas de la época originalmente eran 16 casillas de madera. Estaban metidas en los huecos que todavía se pueden ver. En total las casillas abarcaban unos cien metros. Edwin Roberts y Lewis Jones, fueron dos promotores de la colonización que llegaron en junio de 1865 a preparar el terreno, antes que todo el grupo llegara.
Traían provisiones, ganado y 5 ayudantes desde Patagones. Mientras Jones hacía otros viajes para traer más cosas, Roberts y los peones construían corrales y un galpón de 5 por veinte metros. Estaba hecho en piedra que se extraía de las cuevas, en las que se colocaron casillas de madera. Cuando Edwin Roberts hizo los cimientos del galpón enterró el siguiente mensaje de fecha 19 de junio de 1865:
“Heme aquí hoy, el único galés en tierra patagónica, con preocupación y temor, comenzando este edificio que será el depósito de todos los alimentos que ahora permanecen apilados en la playa. No sé en qué momento vendrán los indios, me matarán y se llevarán todo; si vienen no habrá más remedio que pelear. No soy miedoso pero me preocupo al pensar en el contingente que viene en viaje confiando en que aquí lo esperan vacas y alimentos. Si las cosas salieran de otro modo ¿qué sería de la Colonia? Temo que un fracaso y si es así, adiós para siempre a una segunda oportunidad”.
El 28 de julio de 1865 en Punta Cuevas desembarcaron los viajeros del velero “Mimosa”, habían zarpado de Liverpool dos meses antes. Se terminaron de construir las casillas que había empezado Roberts y se ubicó a 8 ó 9 personas en cada una. Varios viajeros se acomodaron en el galpón. A los pocos días empezaron a ir caminando hasta el río Chubut, a 65 km de ahí.
La lista del velero “Mimosa” detalla los siguientes viajeros: 28 matrimonios con 59 hijos, 1 viuda con 1 hijo, 32 hombres solteros y 12 mujeres solteras (la mayoría de los casados tenía unos 30 años. Los solteros 20 y tantos). En total eran 101 adultos y 60 chicos. La crónica que ofrece el sitio histórico Punta Cuevas dice que a partir de entonces el puerto se llamó Madryn y empezó a tener vida.
Se inició entonces el trazado de un camino hacia el valle. Hubo un casamiento, algunas muertes y un nacimiento, el de María Humphreys, el 10 de agosto. Edwin Roberts había cavado un pozo de agua pero era salada. Los colonos buscaban agua en una laguna de agua de lluvia que se formaba al pie de donde hoy está el Chalet Pujol – laguna de Derbes – a 4 km al norte de Punta Cuevas.
Turismo nacional e internacional
Puerto Madryn cuenta con una gran afluencia de turismo nacional e internacional, este último en busca de conocer un lugar tan distante de los centros turísticos internacionales tradicionales. Hay un shopping, el “Portal de Madryn” ubicado frente a la avenida costanera, donde los turistas recalan invariablemente a hacer sus compras. El lugar no tiene nada que envidiarle a algunos shoppings lujosos de la ciudad de Buenos Aires y es una vidriera enfrentada al mar.
Deportes
Las características de la bahía en Puerto Madryn se prestan para navegar a vela y otros deportes náuticos. Cuando el mar está calmo la apariencia es la de un lago, un espejo de agua bellísimo. En enero de 2003 se organizó el Campeonato argentino de Optimist donde participaron más de doscientos chicos de edades comprendidas entre los 10 y los 15 años. La mayoría de las delegaciones pertenecían a clubes náuticos de Argentina y hubo también grupos participantes del Uruguay y de los Estados Unidos. El club anfitrión fue el Club Náutico Atlántico Sur y la competencia se transformó en una fiesta. El “optimist” es un velero de vela cangreja para un solo y pequeño tripulante. Hay muchas ofertas para realizar excursiones de buceo diurno y nocturno acompañados por buzos experimentados y también excursiones en 4 x 4 a zonas de fauna protegida.
Actividades culturales
La Municipalidad de Puerto Madryn a través de su Dirección de Cultura desarrolla una serie de actividades culturales que abarcan talleres literarios coordinados por el escritor Bruno Di Benedetto entre otras propuestas. También edita el boletín electrónico “El Pasamanos” con noticias de autores locales y nacionales. El pedido de suscripción puede hacerse a: cultura (arroba) madryn.gov.ar
Durante la temporada de verano se desarrolla el “Proyecto Bitácora” que consiste en mesas de exposición y venta de libros, discos, cassettes y grabados de autores regionales tanto en la Casa de la Cultura como en el Portal de Madryn. En la Casa de la Cultura, además de ver y comprar libros de autores regionales y una revista cultural se puede visitar el “Paseo de Antigüedades” donde se pueden ver y adquirir objetos antiguos.
También la actividad teatral tiene diversas alternativas en el Teatro del Muelle con obras para niños y de autores independientes. Entre estos últimos, estuvimos con la autora e intérprete en un bar de la playa. María Luz Piriz es una bióloga oriunda de Buenos Aires y radicada en Puerto Madryn desde hace veinte años. En esa ciudad trabaja como bióloga y a partir de una propuesta cultural denominada “Artebar” donde cada uno que se presenta ofrece su arte y donde se han descubierto varios nuevos talentos, además de crear lazos culturales y comunitarios entre los asistentes, descubrió su perfil actoral.
Así desfilan en el lugar grupos de rock, de folklore, cantantes, recitadores, actrices y actores como María Luz quien me da las explicaciones con mucho humor. También el folklore está presente en Madryn con el Elenco Estable Municipal Huilliche y en febrero se realizó el Festival Folklórico en el Patinódromo con artistas madrynenses y de la zona. Por otra parte, En el Portal de Madryn se pueden ver esculturas de Silvia Solís y fotografías de Ge/Táboas de grandes paisajes de la Patagonia. Las fotografías son excelentes y vale la pena ver la muestra.
El Ecocentro
Durante el año 2000 se inauguró este complejo cultural-educativo-ecológico en un lugar muy cercano a la playa, lejos del centro comercial de la ciudad. Patrocinado por la Fundación del mismo nombre que preside Alfredo Lichter, la dirección educativa está a cargo de Mariana Martínez Rivarola.
El Ecocentro desarrolla programas educativos que implican visitas didácticas. Mediante ellas pueden conocerse características de la fauna marina y submarina de la costa madrynense y también hay actividades culturales, conferencias, mesas redondas, muestras de pinturas y esculturas, hemeroteca y biblioteca.
Durante mi visita pude ver algunas obras de Remo Bianchedi. A propósito de estas obras “Los inocentes”, el Ecocentro organizó una serie de charlas sobre el tema de la inocencia con diversos escritores y periodistas, entre ellos la escritora y lingüista Ivonne Bordelois quien habló sobre la inocencia en la obra de Alejandra Pizarnik.
Sin duda el lugar es un polo de atracción turístico cultural y educativo que cuenta con una infraestructura moderna y lujosa. Está enclavado casi sobre el mar en una zona de acantilados y contrasta con lo agreste del paisaje.
Ecocentro no es un proyecto totalmente abierto a la comunidad, hay que pagar una entrada y se financia con el aporte de sponsors. Tiene un programa educativo denominado “Mar abierto” que consiste en varias propuestas y se da en forma gratuita en todas las escuelas de la Provincia del Chubut. También tienen un programa de capacitación docente con puntaje para los docentes de todo el país.
Librerías
La única librería que encontré y me dicen que hay en Puerto Madryn se llama “re creo” y está ubicada en una esquina del centro de la ciudad. Consulté sobre los gustos literarios y ventas tanto en temporada de verano como en invierno.
Durante el invierno los pobladores prefieren comprar libros de actualidad, escritos por autores como Jorge Lanata o Miguel Bonasso, por ejemplo. En verano se venden más libros de Paulo Coelho, Jorge Bucay, libros de autoayuda y algunos bestsellers como los de Rosamunde Pilcher y Wilbur Smith entre otros. Este es sólo un recorrido, el mío. Cada uno podrá trazar su mapa y hacer otros, descubrir tal vez otras ciudades invisibles como las que mencionaba Italo Calvino.
© Araceli Otamendi, escritora y periodista.