Viajar en automóvil propio por la Patagonia muchas veces representa un desafío, las rutas y caminos no siempre se encuentran en buen estado o están sin asfaltar, además de la propia soledad que caracteriza al sur argentino. Nuestro colaborador Mariano Fernández Soler nos explica qué hay que tener en cuenta a la hora de emprender un viaje.
A quienes les gusta manejar grandes distancias con amigos o la familia y recorrer el país con su auto, la Patagonia les ofrece uno de los circuitos más amplios del país, con muchas ventajas a la hora de hacer cuentas (recordemos que a partir del paralelo 42, es decir, a partir de Sierra Grande si se va por la Ruta 3 y – desde hace poco – desde la zona de San Martín de los Andes, si se va por la Ruta 40, la nafta cuesta más o menos la mitad) y con algunos de los paisajes más hermosos e imponentes del mundo.
Antes de salir con el auto a recorrer la Patagonia, es importante que tenga en cuenta que las distancias a recorrer son muy grandes, hay circuitos que pueden ser de más de 7.000 kilómetros, y que se deberá preparar al vehículo para no tener disgustos en las rutas.
Creo que es un mito que para ir a la Patagonia es necesario una camioneta 4×4 o un súper vehículo indestructible, solo hacen falta ganas y algunas precauciones. Estas son algunas sugerencias para que el viaje con el auto salga diez puntos:
a) Revisación técnica del vehículo:
Dado que las distancias son grandes y en la Patagonia los pueblos se encuentran bastante alejados entre sí, muchas veces usted se va a encontrar viajando (sobre todo en la Ruta 3) por el medio de un desierto; es por eso que si al auto se le ocurre descomponerse en la mitad del recorrido entre dos lugares (ley de Murphy) descubriremos que quizás el taller o gomería más cercanos estén a 100 o 200 km y la ayuda pueda tardar más de lo deseado en llegar.
Además, entre recorridos y sobre todo en las rutas que comunican la zona andina con la zona costera, los celulares convencionales no tendrán servicio (lo cual, dará ganas de tirarlo por la ventanilla) y la ayuda deberá ser pedida a quienes pasen con otros vehículos, que aunque son pocos, en el 95% de los casos pararán para ofrecer ayuda.
Este prólogo es para que se le de la importancia que corresponde a la revisación mecánica del auto, que no va a ser obviamente la misma que para un viaje Buenos Aires – Mar del Plata. Los puntos principales a controlar a nivel mecánico en el auto son:
- Afinación y Carburación: puede llevarse el auto al taller de confianza y pedir que se revise y corrija lo necesario.
- Suspensión: dado que algunos caminos son un poco exigentes para la suspensión, es importante que se encuentre en buen estado, no sólo por la comodidad de los pasajeros, sino porque como el recorrido es largo, puede malgastar una cubierta y porque en los caminos de ripio, una buena suspensión ayuda a que el auto vaya más tiempo en el piso y menos en el aire (en serio, es muy importante).
- Frenos: que deben estar en buen estado por razones obvias.
- Sistema Eléctrico y Luces: Porque puede darse que haya que hacer algún tramo de noche y, es realmente necesario que funcionen bien y porque no es gracioso andar empujando al auto cuesta arriba si no arranca por falta de batería.
- Es recomendable hacer un cambio de aceite y alineación antes de salir si el viaje va a ser largo.
b) Neumáticos:
Es un punto fundamental de un viaje tranquilo, tanto como lo es la mecánica.- Un par de pinchazos, comunes en los caminos de ripio, pueden dejarlo (como en mi primer viaje) en el medio de la nada.
Mis sugerencias son:
– Todos los neumáticos deben estar en buenas condiciones, es decir, deben tener un dibujo de 3 o 4 mm de profundidad como mínimo, no estar deformados o gastados excesivamente en los costados (síntoma de problemas de alineación o amortiguación) y bien balanceados.
– El mínimo de neumáticos de auxilio para autos es de DOS, si lleva uno solo probablemente se acuerde de esta página web. Lógicamente los auxilios también deberán estar en buenas condiciones y, en lo posible ser del mismo tipo y modelo de las ruedas usuales.
El motivo no es ocioso: Si se mezclan dos tipos de rueda (radial y convencional), la dirección puede no ser estable (y mucho menos con piso mojado); y si los dibujos de las cubiertas son muy distintos, el distinto «agarre» o «grip» puede provocar que, con piso mojado, una frenada termine en un trompo.
– En las camionetas, también el mínimo de auxilios es de DOS, pero dado que tienen mucho lugar disponible, pueden, si los neumáticos no son muy nuevos llevarse TRES auxilios (de hecho, en muchos lugares de la Patagonia, los pobladores rurales, que tienen casi invariablemente camionetas pick up llevan en general TRES auxilios).
– Para los coches, es conveniente (y casi la única manera de ubicarlos) llevar los neumáticos firmemente sujetados en un portaequipaje de techo (barrales o de parrilla) ya que si bien llevar cosas en el techo no es lo mejor, si se guardan las ruedas en el baúl no habrá espacio para nada más (y tendrá que poner los bolsos en el techo).
Los neumáticos deben sujetarse en las parrillas de tal manera que evite que se vuelen hacia atrás por efecto del viento o de los golpes de aire que provocan los camiones que circulan en sentido contrario.- Si solamente se ata el neumático con el lazo de color azul del dibujo, puede volarse hacia atrás y golpear contra la luneta trasera.
– Los elementos para el cambio de ruedas deberán estar en buen estado y estar completos, porque si en el medio de la ruta usted encuentra que faltan los accesorios para sacar las tuercas de seguridad o la manija para accionar el crique enloquecerá tratando de hacer magia.
– Por último, no creo que sea mala idea tener un compresor chiquito de los que funcionan con la bateria del auto; no son
muy eficientes pero son mejor que nada.
c) Herramientas y repuestos:
Aunque uno no pueda diferenciar una bujía de un cigüeñal, es imprescindible llevar herramientas y algunos repuestos en el auto, ya que si uno no sabe reparar un desperfecto, quien pare a ayudar quizás sí lo pueda hacer y sería un despropósito no poder reparar un inconveniente menor por no contar con un simple destornillador o unas bujías.
Las herramientas más necesarias son (a mi criterio):
– Destornilladores.
– Un juego de llaves de tuercas fijas.
– Una llave francesa.
– Alicates para cables.
– Martillo.
– Una barra de hierro para hacer palanca (como por ejemplo la manija para el crique).
– Una pinza «perro» (de esas que aprietan y traban).
– Sacabujías.
– Cable para puente de batería.
– WD-40 (Es muy útil, sobre todo para secar el distribuidor, si se moja).
– Un rollo de alambre de fardo.
– Cable de 4 mm y fusibles surtidos (Averiguar cuales corresponden al vehículo y donde está ubicada la fusiblera).
– Linterna y uno o dos foquitos de repuesto.
Y por supuesto, toda aquella que pueda, a criterio del conductor ser útil en el camino.
Los repuestos son obviamente los correspondientes a cada vehículo, pero los más usuales y necesarios son:
– Correas de Transmisión (y un par de medias de mujer, en caso extremo).
– Bujías.
– Filtro de Nafta y de Aire.
– Sellador para tanques de nafta y Cárter. (Son baratos y pueden ser salvadores).
– Cable de acelerador.
– Aceite de la misma marca y tipo del alojado en el cárter.
– Un bidón con agua destilada (para la batería o el radiador).
De nuevo, más lo que agregue el conductor a su criterio.
d) Conducción en la Patagonia
Antes que nada, piense en algunas cosas muy importantes antes de salir a la ruta:
1º) Usted va a pasear, de vacaciones, no al Rally Paris-Dakar.
2º) Piense que un accidente, lo mínimo que va a provocar es arruinar las vacaciones.
3º) Sus acompañantes dependen de usted, el conductor, y por lo tanto, están en sus manos.
4º) No trate de hacer en 10 días lo que requiere un mes: NO LO VA A DISFRUTAR.
5º) Los límites de velocidad y las normas de tránsito (y muy por sobre todo en el ripio) no están de adorno.
6º) Desenchufese del ritmo de la Ciudad.- Dicen por ahí que «Andar apurado es solo una manera de disimular que no se tiene adonde ir».
Es una linda costumbre en todo el país, pero más especialmente en el Sur argentino saludar con guiños de luces a quienes vienen de frente; es una costumbre que yo practico entusiastamente, pero con una salvedad: Solo de día, porque de noche encandilaremos al que viene de frente.
Si ve a alguien con el auto parado en la ruta, aminore su marcha y pregunte si necesitan ayuda: es improbable que lo roben, hay muy poco tránsito y la cortesía de la gente en el Sur es uno de sus muchos atractivos.- Además, si usted tiene un inconveniente, deseará que los demás hagan lo mismo con usted.
Y por último, cumplamos con las normas de tránsito, no sigamos agrandando nuestro maldito récord de muertos en accidentes de tránsito.
El Ripio
En la Patagonia, una de las características de los caminos es que, en su mayoría son de ripio. El ripio o consolidado es un camino mejorado realizado con una mezcla de piedra con tierra, volcado y luego alisado mediante motoniveladoras. Dada la característica de los suelos patagónicos, este piso es una solución económica para la construcción de los caminos. El ripio es más estable que la tierra suelta, ya que esta última se volaría con los vientos patagónicos, formando nubes de polvo. Asimismo, si los caminos estuviesen hechos sólo con arenilla o arena (por ejemplo, el de acceso al Parque Nacional El Palmar, Provincia de Entre Ríos) o el camino de acceso a Playa Dorada en Río Negro (que es de arena) se borrarían por acción del viento y se formarían vados por acción de la lluvia.
En la Patagonia, se encuentra asfaltada sólo la Ruta 3, algunos tramos de la Ruta 40, la Ruta 22 a Neuquén, la ruta que comunica Esquel con la costa y casi ninguna otra. El resto es de ripio, por eso, a la hora de pasear por la Patagonia, hay que tener muy presente las recomendaciones de manejo en este piso.
Existen distintas clases de ripio, que a veces hasta tienen distintas tonalidades, dadas por las piedras incluidas en la mezcla. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en la zona de Junín de los Andes, accediendo por la Ruta 40, donde se observan manchones de color azulado, que de pronto tornan al rojizo. La piedra menos «peligrosa» para los neumáticos es el canto rodado, piedra redondeada que se saca generalmente de los bordes de los ríos y de algunas partes de las playas; mientras que las piedritas de granito y caliza de Santa Cruz son más agresivas con los neumáticos dado que algunas tienen bordes filosos que pueden provocar pinchazos. Hay tres cosas a tener en cuenta al manejar en el ripio:
1º) El parabrisas y las piedras:
Cuando un auto viene de frente existen dos posibilidades:
a) que los dos autos aminoren la marcha y pasen alejados. En general, las rutas de ripio son bastante más anchas que las de asfalto, llegando a tener, en algunos casos hasta «4 carriles» (por ejemplo, la ruta 288 en Santa Cruz).
b) que el otro auto no aminore su velocidad (siempre hay alguno). En ese caso hay que pasar lo más cerca que sea prudente, de esta manera, las piedras levantadas por los neumáticos pegarán sobre la chapa y no sobre el parabrisas del auto. En general, se recomienda hacer presión con la mano (del acompañante ) sobre el parabrisas, pero he escuchado voces que dudan de su real eficacia para evitar roturas de parabrisas por piedrazos.
En particular, creo que funciona solamente con los vidrios laminados, evitando que se rajen demasiado, ya que los templados directamente estallan en «gotas» que impiden la visión ante el impacto de piedras medianas. En el caso de que esto ocurra, lo más importante es conservar la calma, ya que Ud. como conductor siempre tiene una «memoria» de lo que hay en el camino en unos 500 metros más adelante, lo que permitirá que, sin desesperarse, pueda frenar el vehículo de manera segura. Si Ud. reacciona violentamente, «clavando» los frenos, lo más probable es que comience a dar vueltas como un trompo.
Le va a ocurrir que usted adelante o sea adelantado por otro vehículo. En el primer caso, anuncie mediante luces y guiños su intención de sobrepasar, luego aléjese del vehículo a sobrepasar lo más posible (normalmente el vehículo a sobrepasar se echará sobre la derecha y aminorará la marcha) y ciérrese lo más lejos posible para evitar bañarlo con piedras voladoras y una nube de polvo. Si Ud. ve que va a ser adelantado, avise que se dejará adelantar y cíñase sobre su derecha, esto evitará (aunque sea en parte) ponerse en la línea de impacto de piedras voladoras. Además, reduzca su velocidad y deje que se adelante el otro vehículo, lo que evitará una nube de polvo suficiente para que usted no vea ni su nariz.
Lo más aconsejable, aunque no lo más usual (en general la plata no alcanza para todo), es poner una «rejilla para ripio» sobre el parabrisas, la cual lo protegerá casi en un 100% de impactos de piedras peligrosas. Estas rejillas se fijan en el «goterón» del auto y dejan espacio para el funcionamiento de los limpiaparabrisas. También es bueno hacer una cruz de cinta adhesiva gruesa y transparente sobre las luces delanteras del automóvil, para evitar, en el caso de un piedrazo fuerte, que se rompan del todo.
2º) Debajo del auto:
Las ruedas del auto levantarán piedras de todos los tamaños, las cuales pegarán contra el piso del auto. Esto no representa ningún problema para la chapa en sí, pero puede resultar peligroso para algunas partes del vehículo, por lo cual, deberán tomarse en cuenta las siguientes precauciones:
– De ser posible, y si el auto no lo tiene ya de fábrica, puede colocarse un chapón cubre-carter para evitar fisuras y uno en el tanque de nafta, que son las dos partes críticas del auto.
– Con respecto a la protección del tanque de nafta, existe ahora una espuma de poliuretano expandible que se aplica como una pasta y al secarse se expande como una espuma, que protege de manera muy eficiente. No es aplicable al cárter porque no puede ser utilizado en altas temperaturas, pero en el tanque de nafta es muy eficiente (yo lo tengo en el auto) y además económico de colocar: Un aerosol cuesta unos $ 16 y aplicarlo es muy fácil, aunque, si no quiere ensuciarse puede pedirle a un mecánico amigo que lo aplique por muy bajo costo. De todas maneras, como ya dije antes, es conveniente tener un poco de masilla para tanques de nafta, por las dudas (cuesta muy poco y ahorra dolores de cabeza).
3º) Los neumáticos:
Los pinchazos son más frecuentes en los caminos de ripio que en el asfalto, debido a que siempre puede haber piedras con bordes filosos en este tipo de caminos, pero ¡a no desalentarse! Esto no significa que usted vaya a pinchar neumáticos muchas veces, sólo implica una mayor precaución que las tomadas para los caminos convencionales de asfalto.
En primer lugar, y de la misma manera que para los caminos asfaltados, si sufre un reventón de un neumático NO pise el freno violentamente, es más, si las circunstancias lo permiten, no use el freno para detener el vehículo: hágalo con la caja, rebajando las marchas hasta una velocidad mínima donde pueda detener el vehículo sin peligro.
Asimismo, si se desinfla una rueda delantera, el auto tenderá a desviarse con cierta fuerza hacia el lado del pinchazo (por la variación de inclinación y agarre del vehículo), por lo que es muy importante manejar con las dos manos en el volante, en una posición cómoda y correcta, que según los expertos es la posición «dos menos diez», lo que permite, en caso de algún imprevisto, maniobrar correctamente sin enredarse las manos.
En el caso de que se desinfle un neumático trasero, si se aplican los frenos el auto «coleará» y quizás termine haciendo trompos. Por eso, deberá frenarse el auto con la caja de cambios. Y, por más que resulte obvio, si se pincha un neumático en el ripio, aunque se esté en el medio del desierto, pare al costado del camino: aunque parezca que no viene nadie, algún vehículo pasará y puede producirse un evitable accidente.
4º) La conducción:
Manejar en el ripio no es igual que manejar en el asfalto: las ruedas van rebotando y tienen un tiempo en el aire y otro en el piso. Es la amortiguación la que se encarga de que los tiempos en el aire sean lo más cortos posible y que las ruedas vayan «empujadas contra el suelo», por eso el hincapié en el buen estado de la suspensión. Debido a este motivo, no es aconsejable utilizar el freno para disminuir la velocidad, ya que pueden bloquearse las ruedas (el ABS no es muy efectivo, NO SE CONFÍE) y hacer que el auto pierda estabilidad. En general bastarán uno o dos rebajes para frenar el auto a una velocidad en la que sí puede detenerse por completo con el freno. Igualmente, recuerde que Ud. está de vacaciones y no corriendo el rally París-Dakar, así que mantenga una velocidad constante pero nunca superior a los 70-80 km/h. A más velocidad, cualquier eventualidad lo mandará derechito al campo.
Yo entiendo que Ud. quiera probar su flamante 4×4, pero recuerde que no es el vehículo el problema, sino el piso: el vehículo va andando parte del tiempo en el aire, por eso: NO CORRA, no tiene sentido. En algunas rutas, existen variaciones bruscas en la calidad del camino, que puede cambiar de un ripio que parece un paño de billar a uno que parece un campo bombardeado: si se ingresa a gran velocidad en un camino lleno de pozos, lo más probable es que termine llamando a la grúa.
Todo lo anterior no significa que se tengan que recorrer los caminos de ripio a 10 km/h y con miedo de sufrir un accidente o romper el auto, significa que se debe manejar con PRECAUCIÓN, sin tratar de hacer pruebas de velocidad o pericia al volante.
Por último, algunas recomendaciones para los caminos de montaña: en lugares de curva «ciega», es decir, donde no se ve si viene alguien de frente, antes de llegar toque la bocina, si es de día o haga luces si es de noche; circule con alguna ventanilla baja para escuchar a otros vehículos; preste atención: si ve nubecitas de polvo acercándose es que viene un auto. Y mantenga siempre su derecha.
5º) Los mitos:
Siempre he escuchado voces distintas con respecto a dos temas: La presión de inflado de los neumáticos para manejar en el ripio, la manera de conducir en los lugares donde hay «pianitos» y cómo atravesar guardaganados.
a) Con respecto a la presión de los neumáticos, algunos me han recomendado que infle los neumáticos a una presión más alta que la normal, para que el neumático sea más «duro» y otros, que hay que bajar un poco la presión de los neumáticos, para que el neumático sea más blando. Sin embargo, un gomero de la zona me dijo: «O deja la presión de los neumáticos normal o un poco baja, porque si endurece los neumáticos va a viajar a los saltos, va a hacer trabajar mal a la suspensión y los neumáticos no son más duros que las piedras, así que tarde o temprano una piedra filosa lo puede pinchar», lo que me resultó lo más razonable de todo. Además, creo que si los neumáticos están un poco más blandos que lo normal, pueden tomar la forma de la piedra sin demasiada resistencia, evitando quizás un pinchazo.
b) Los pianitos son irregularidades del camino que se forman por el viento después que pasó la motoniveladora, o cuando ésta cambia la velocidad mientras la pala está en contacto con el piso. También pueden formarse en las curvas y pendientes por la tracción de los neumáticos de los coches. Básicamente son ondulaciones transversales del camino que hacen saltar al vehículo. Muchas veces me han recomendado que «a los pianitos hay que pasarlos muy rápido así no se sienten», pero una vez se me ocurrió hablar con mi mecánico, que fue mucho tiempo corredor de Rally, el Sr. Carlos Francia (creo que fue Campeón Nacional, pero no estoy seguro), y me dijo: «Si pasa rápido por un pianito va a ir literalmente en el aire, si necesita maniobrar en ese momento, lo más probable es que pierda el control del coche. Páselo despacio, va a sentir un poco más la molestia de la ondulación pero la suspensión va a trabajar menos y va a poder maniobrar si lo necesita».
Todo esto es opinable y también depende de la experiencia de cada uno, pero son consejos de «viejo Vizcacha» que pueden servir para no tener problemas en un viaje que debería ser inolvidable por la belleza de los paisajes y no por sufrir problemas con el auto.
c) Por último, si divisa un guardaganado páselo DESPACIO. Frecuentemente el viento barre un poco de la tierra que está en los bordes, dejando al descubierto un escalón de hormigón de unos 10 o 15 centímetros. Si lo pasa en velocidad, la amortiguación va a sufrir un impacto grande y probablemente se rompa.
Espero sinceramente que estos consejos sirvan para que usted viaje tranquilo por los caminos de la Patagonia sin ningún tipo de problemas, disfrutando de los paisajes, de la gente y de los lugares que ella ofrece.
Mariano Fernandez Soler
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