Describiendo la maravilla…
Sepa cómo se originaron las Cataratas del Iguazú, cuáles son los saltos más importantes, dónde están ubicadas y todos los detalles imprescindibles para conocer esta Maravilla del Mundo.
El río Iguazú nace en Brasil, en la Serra do Mar, estado de Paraná. Recorre mansamente muchos kilómetros de llanura, en dirección sur oeste, hasta que, ya cerca de su desembocadura en el Paraná, hace un gran giro. Allí su cauce se ve interrumpido por numerosas islas e islotes que originan rápidos o “correderas”, apurando su marcha y dando lugar a la formación de numerosos brazos. Poco antes de su desembocadura se enfrenta a un gran desnivel, un quiebre originado por una falla geológica ocurrida hace cientos de miles de años, en el macizo de Brasilia. Esta fractura, unida a la multiplicación de brazos que describimos anteriormente, da origen a un gigantesco sistema de caídas de agua, compuesto por más de 270 saltos situados en abanico, con una altura que va desde los 40 hasta los 90 metros.
Una curiosidad: se sabe que, cuando se originaron, hace aproximadamente 200 mil años, las cataratas se encontraban en el punto de unión de los ríos Paraná e Iguazú, donde actualmente se encuentra el Hito de las Tres Fronteras, pero por un proceso de erosión natural, han ido retrocediendo hasta llegar al lugar que ocupan hoy en día, a 23 kilómetros de su origen. Se estima que este alejamiento continúa.
El salto más imponente es la Garganta del Diablo, situada sobre el cauce principal del río. En realidad,el salto que da origen a la Garganta es el Unión, sobre la línea divisoria de Brasil y Argentina, que mide 80 metros de altura y en su caída desprende fumarolas visibles desde más de 7 kilómetros de distancia. Otros saltos importantes son el Álvar Núñez, el Dos Hermanas (que tiene un piletón natural de 8 metros de profundidad), el Bosetti y el Chico Alférez que rompen en dos partes. Más arriba todavía, dentro del Paseo Superior, se encuentra el Salto San Martín, arrollador y potente como pocos, produce un eterno trueno ensordecedor en su caída doble de 70 metros.
La continua caída de agua provoca la formación de una niebla espesa en toda la zona, la que, combinada con los rayos del sol, origina una infinidad de arco iris, una de las postales típicas del área.
Todo el sistema de las cataratas tiene un ancho de aproximadamente 4 kilómetros, lo que unido a su altura y al volumen de agua en época de lluvias, las colocan entre las más grandes del mundo. Su ancho supera en cuatro veces al de las Cataratas del Niágara, en los Estados Unidos de Norteamérica.