Uno accede a Puerto San Julián a través de la Ruta Nacional 3 que desemboca, mediante un empalme de 5 km., directamente en centro del pueblo. Este típico asentamiento portuario de la Patagonia tiene el encanto de la simpleza. Su extensa costa, en la que nunca falta algo de viento fresco, invita a paseos con espectaculares atardeceres, que bañan las costas y los cerros del paisaje.
La parte más antigua del pueblo es la más pintoresca: casas de chapa, con techos a dos aguas, ventanas sin persianas por las cuales se entrevén las cortinas blancas. Son una muestra de las típicas edificaciones de estilo inglés que poblaron la Patagonia en la época en que la mayoría de los campos de la zona pertenecían a pobladores de ese origen. En varias de ellas hoy funcionan comercios dedicados a las artesanías o a la venta de recuerdos del lugar.
Salvo la avenida de acceso, la costanera y algunas pocas más, la mayoría de las calles son de ripio. Todas son muy anchas, de un tamaño que en cualquier ciudad equivaldría a una avenida de cuatro carriles.
San Julián ofrece mucho para el turista ávido de conocer la historia del lugar y los atractivos de esta particular área a orillas del Atlántico en la Provincia de Santa Cruz. En este aspecto es uno de los centros de servicios turísticos importantes del área costera de esa provincia. Tiene alojamientos de distintas categorías, restaurantes (no puede dejar de probar las delicias del mar), excursiones organizadas y una Oficina de Turismo muy bien atendida.
Su historia
El pasado de San Julián merece un capítulo aparte. De hecho, gran parte de sus atractivos están relacionados con el origen de este pueblo, sitio de los primeros desembarcos europeos, algunos muy accidentados, en tierras patagónicas y el lugar donde por primera vez el hombre europeo se encontró con los tehuelches. Por eso, el eslogan de la ciudad: «Origen del mito patagónico» está muy bien merecido.
Paseos y actividades
La ciudad forma parte de la meseta semiárida, con vegetación achaparrada y suaves ondulaciones que terminan en la playa. La inmensidad de este paisaje, junto con su historia apasionante y las áreas protegidas con especies animales únicas forman el conjunto de sus atractivos.
El puerto ofrece un circuito costero que se extiende a lo largo de 30 km., en donde un paisaje de espectacular belleza se despliega ante los ojos. Amplias playas, bordeadas por enormes acantilados, invitan a recorrerlas. Algunas de ellas son: Playa Sholl, de los Caracoles, Cabo Curioso, Playas de Drake, Garganta del Diablo y Playa La Mina.
La mejor opción es realizar un minitrekking de aproximadamente dos horas por el área costera más cercana a la ciudad, en el que podrá disfrutar de la variada avifauna patagónica y de la historia geológica de la tierra expuesta en la estratificación de los acantilados que se exhiben como libros abiertos.
En la bahía se pueden practicar múltiples actividades. Hay excelentes condiciones para la práctica de canotaje, windsurf y navegación a vela, ya que al tratarse de una bahía muy cerrada cuenta con un magnífico espejo de agua. En la localidad, funciona también el Club Náutico ‘El Delfín’ situado en las proximidades del paraje ‘el Muelle Viejo’. La pesca deportiva es otra de las actividades muy difundidas e incluso hay un servicio de guías disponible, que conducen a los pescadores a los mejores sitios de pesca.
Otra de las posibilidades es una excursión náutica que sale desde Muelle Viejo.
La mejor época para hacer este recorrido es durante la primera quincena de diciembre, para presenciar el nacimiento de las crías de los pingüinos y los cormoranes.
El Yacimiento Arqueológico La María se encuentra 150 km. al noroeste de Puerto San Julián, por un camino de ripio. La travesía bien vale la pena, ya que en medio de una meseta que desciende en escalones hacia el mar, en cuevas y aleros, se encuentran unas ochenta muestras de pinturas rupestres, de más de 12.000 años de antigüedad.
Otro de los atractivos del pueblo es el nuevo Museo Temático Nao Victoria, una réplica en escala real del único barco de la flota Magallánica que logró retornar a España, luego de haber soportado las numerosas vicisitudes de una travesía complicada. Cuenta con reproducciones de objetos de uso cotidiano, instrumentos de navegación, artillería y figuras ‘animatronic’ de personajes de la armada Magallánica.
¿Cómo llegar?
Se puede llegar por vía aérea a la ciudad de Río Gallegos, distante 352 km. Desde allí hay que tomar algún servicio de bus o bien algún transporte de turismo. Para eso, hay que ir desde el aeropuerto hasta la Terminal de Ómnibus, ubicada en el centro de la ciudad.
Para aquellos que viajan en automóvil, el trayecto entero desde Buenos Aires hasta San Julián comprende 2203 km. De Buenos Aires se sale por la Autopista Ricchieri y luego la Ruta Nacional 205 hasta Ezeiza, donde se combina directamente con la Ruta Nacional º 3. Por esta ruta se pude continuar absolutamente todo el camino hasta Puerto San Julián. Sin embargo, para llegar a Bahía Blanca hay una opción más corta, que consiste en tomar a la altura de la ciudad de Azul la Ruta 226 / 76 que la une con Olavaria, y continuar hasta el empalme con la 51, que llega hasta Bahía Blanca, De esta manera se “ahorran” aproximadamente 80 km. Desde Bahía Blanca hacia el sur la única opción es la ruta 3.
Para ir desde Bariloche, el camino a recorrer suma aproximadamente 1303 km. Hay que ir primero hasta El Bolsón, por la Ruta Nacional 258, y luego tomar la 40 hasta pasar Gobernador Costa, donde se encuentra el empalme con la Ruta Provincial 20 que lo llevará hasta Sarmiento. Desde allí hay que tomar la Ruta Provincial 26 hasta el empalme con la 3, que llega a Puerto San Julián. El camino es todo de asfalto, aunque con tramos en muy malas condiciones, sobre todo entre Esquel y Gobernador Costa.
También es posible llegar en autobús. A veces no figura Puerto San Julián como destino, pero hay que averiguar por los que van hasta Comodoro Rivadavia y/o hasta Río Gallegos.