La iglesia de San Francisco es una de las postales típicas de Salta. Inconfundible con su alta torre y sus colores característicos, en ella se celebraron
importantes acontecimientos históricos.
Al fundar la ciudad, se le destinaron tierras a la orden de los franciscanos, a una cuadra de la Plaza principal.
Después de varias reconstrucciones, entre 1789 y 1796 se terminó el actual templo, Basílica Menor y convento San Francisco. Pero la torre es posterior, en el año 1870 fray Luis Giorgi, que había traído arquitectos y constructores italianos, la mandó construir. Con sus 57 metros es una de las más altas de América.
Tiene una sola nave, angosta y larga. Está hecha en piedra y ladrillos dobles.
Aquí se celebró el funeral por los caídos en la batalla de Salta, al que asistió Manuel Belgrano. Es Monumento Histórico Nacional.