Punta Walichu, a sólo 9 km. del centro de El Calafate, alberga en sus cuevas pinturas rupestres originales y otras reproducidas modernamente. Walichu o Gualicho es el nombre de una deidad tehuelche (en lengua Aonikenk). Y el nombre está muy bien puesto, porque éste es un lugar con algo de mágico.
Los primeros habitantes de estas tierras, seguramente antecesores de los tehuelches, venidos del norte en la época de las glaciaciones, eran pueblos cazadores. Por eso imprimieron en los muros de estas cuevas dibujos que muestran cómo hacían para cazar y cuáles eran los animales que convivían con ellos. También las clásicas «manos pintadas» y los extraños laberintos que seguramente representaban el difícil camino del tránsito al más allá.
Gracias a su habilidad y su conocimiento para utilizar los colorantes podemos todavía hoy admirar estos testimonios de los que nos precedieron en estas lejanas tierras.
Las pinturas originales fueron descubiertas por Francisco Perito Moreno en 1877 y tendrían una antigüedad aproximada de 4000 años. Junto con éstas se pueden ver, sobre los acantilados, reproducciones de muestras de arte rupestre de otros lugares de la Provincia de Santa Cruz.
El recorrido comienza en El Calafate. Tome la Avenida Libertador hasta la Ruta Provincial 11, asfaltada. Por allí continúe hasta el km. 6, donde hay que doblar a la izquierda por una huella de unos tres kilómetros que lo llevará al estacionamiento, junto al Lago Argentino. Encontrará una vereda que desciende a la playa y que lo conducirá hasta el Centro de Interpretación de la Estancia 25 de Mayo, donde hay una confitería y un local que vende souvenirs. A partir de allí un guía lo llevará hasta las cuevas.