La Victoria era uno de los cinco barcos de la primera vuelta al mundo ocurrida entre los años 1519 y1522, comandada por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano.
La Armada de Hernando de Magallanes constaba de cinco naos (la Trinidad, la San Antonio, la Concepción, la Santiago y la Victoria), pero la única que regresó a España, tres años después, semidestruida cual si fuera un fantasma, fue la nao Victoria. De los 234 marineros que empezaron el viaje, sólo 18 lo acabaron y el mismo Magallanes murió luchando en las Filipinas.
El 31 de Marzo de 1520 ancló la flota en San Julián, tras lo cual se produjo un infructuoso motín que concluyó con una decapitación, dos destierros y la condena a muerte de 40 hombres. Claro que esta última no se hizo efectiva ya que uno de ellos, Elcano, sería quien finalmente consumara la vuelta al mundo al mando de la Victoria.
En la piel de un marino
Es por esto que, al visitar el centro de la ciudad de San Julián, es ineludible hacer escala en el museo temático Nao Victoria, una réplica en tamaño real del único barco de la Flota Magallánica que logró dar la primera vuelta al mundo.
Al recrear las características constructivas y establecer una sólida línea argumental, permite que los visitantes revivan la experiencia de los marinos durante los eventos acaecidos en la mítica Bahía de San Julián. Ello se logra mediante la combinación de tecnología de sonido envolvente, la reproducción de objetos de uso cotidiano, instrumentos de navegación y artillería, así como de figuras “animatronic” de algunos de los personajes de la Armada Magallánica.
La misma travesía, cinco siglos después
En ocasión de los 500 años del descubrimiento de América, España recordó la era de los descubrimientos en la exposición mundial de Sevilla 1992. En esa oportunidad se construyeron varias réplicas de las naves utilizadas en la época de la conquista de América. Una de ellas fue la Nao Victoria, que después permaneció anclada a orillas del Guadalquivir.
Tras más de una década en la isla de la Cartuja, la réplica de la Nao Victoria partió el 12 de octubre de 2004 desde el Muelle de las Delicias rumbo a Japón. La ida consistió en el cruce del Océano Atlántico, derivando en el Pacífico por el Canal de Panamá. Para completar la vuelta al mundo, el regreso fue por los mares de Japón y China, el Océano Índico, el Mar Rojo, el Canal de Suez, el Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar y el Guadalquivir. Quedó estacionada un año y medio en Shanghai antes de volver a Sevilla, como vinculación simbólica entre la Exposición Mundial 2005 y la que se llevó a cabo en 2010 en dicha ciudad asiática.